domingo, 5 de abril de 2009

Hijos


Hablar sobre Alfonsín y escribir algo que no se haya dicho aún parece imposible. Los diarios se han inundado de columnas, el espacio antes exclusivo que tenían asesinatos, secuestros y robos pasó a ser destinado para destacar la vida y obra de este líder político que ha fundado todos aquellos valores que nuestra democracia sostiene. Muchos, sin embargo, no nos sentimos representados por esta devoción que se ha erigido sobre nuestro ex presidente. Cuando hablo de muchos, pienso en todos los que nacimos con la democracia ya consumada, con las urnas en las escuelas y sin la amenaza de los tanques en las calles. Es por esto que somos a menudo desacreditados por no haber sido partícipes de esa experiencia, no saber valorar la paz, desconocer la magnitud de los peligros que en esos años nos acorralaban. Algo de eso es cierto, no vivimos la dictadura asesina, pero sostener que esta democracia en la que vivimos pueda ser pensada, discutida y defendida sólo en eterna comparación con la represión de los '70 parece más un corcet ideológico que una perspectiva histórica.

Se ha señalado hasta el hartazgo a Alfonsín como “padre de la democracia”. Sería justo entonces que nosotros, los también llamados “hijos de la democracia”, pudiéramos hacer un balance de lo que sentimos hacia esta democracia, intentar responder por qué cada vez menos argentinos van a votar (las elecciones presidenciales de 2007 fueron las menos concurridas desde 1922, 71,8 % del padrón), por qué los jóvenes parecemos incómodos, ausentes de este sistema político ¿Habrá desinterés, como suelen rotular los medios de comunicación, “apatía”, o será que esta democracia está tan consolidada que no permite que nos acerquemos a ella?

Alfonsín inauguró un ciclo histórico, el ciclo con mayor cantidad de gobiernos constitucionales en la historia Argentina, atrás quedaron los golpes militares y las desapariciones. Sin embargo, vemos que nuestro país está en una profunda crisis social, con una riqueza cada vez más concentrada entre los mismos beneficiados por la dictadura y una mayoría que vive con menos ingresos que los que ya les habían recortado en 1983. Nuestro país goza del brutal mérito de poder alimentar a 300 millones de personas y al mismo tiempo, que entre sus apenas 40 millones de habitantes haya 3 millones de niños que pasan hambre. La participación del salario de los trabajadores en la economía pasó del 50% en 1975 a poco menos del 25% en 2008. Cabría entonces revisar si nuestro sistema de gobierno ha servido para revertir las políticas que diseñaron los militares o si, en cambio, asistimos a la profundización de un modelo económico y social que ya no necesitó de la tortura para mantenerse sino que pudo legitimarse con los votos.

Alfonsín supo de este riesgo, comenzó su gobierno asumiendo la responsabilidad de refundar la Argentina, de ahí el Juicio a las Juntas, la propuesta de un club latinoamericanos de deudores para investigar la deuda externa fraudulenta que nos habían legado Martínez de Hoz y el joven Cavallo, su enfrentamiento con la Iglesia y la Sociedad Rural. Este programa fue levantado tras los planteos militares de 1987 y los 13 paros de la CGT. A partir del Plan Austral se vuelve a impulsar la política de ajuste, se renuncia a auditar la deuda externa y se sancionan las leyes del perdón.

Podríamos establecer ahí una línea de acontecimientos que nos lleva hasta el presente: la claudicación como forma política. Sin negar el peligro latente de los tanques y los grupos económicos en aquellos tiempos, ¿es gobernar ceder ante los poderes, dejarse condicionar cuando hay un país que defender? La frase “La casa está en orden y no hay sangre” exhibe una forma de concebir la conducción política. La casa está en orden porque hay alguien que la ordena, un líder que decide por el bien de todos. Alfonsín confió hasta las últimas consecuencias en su capacidad de liderar y conciliar las contradicciones a las que se enfrentaba en su agenda. Ante una crisis como la que estaba atravesando el país, optó por inmolar su proyecto político y entregarlo a consideración de los poderes de turno.

La sangre es el eterno espejo de nuestra democracia: a no patear mucho el tablero que lo que viene puede ser peor. Pareciera que el miedo se instaló en el conjunto de la sociedad y funciona como memoria colectiva de lo que no debe intentarse. En esto, la responsabilidad no es sólo adjudicable a Alfonsín como hombre político sino al temor presente en el tejido de toda una clase política que vio desvanecer sus utopías durante la dictadura y a una sociedad que en su conjunto se vio amenazada y sometida a los campos de concentración. A su vez el miedo siempre presente hacía posible el discurso del “no se puede” que sirvió para legitimar los '90 que reina hasta nuestros días (Cfr. alusiones a “grupos de tareas” por parte de Kirchner al referirse a los destituyentes ruralistas). Los miles que fueron durante Semana Santa a la Plaza de Mayo a apoyar la democracia y a los juicios a los represores vieron que su presencia en las calles poco iba a tener que ver con las decisiones, que se tomaron en otro lado.

Así la clase política se enclaustró en arreglos corporativos para solucionar la “gobernabilidad” de la Argentina, forma política consagrada con el Pacto de Olivos, que en plena orgía neoliberal celebraron Menem y el Radicalismo, de la mano del propio Alfonsín, para terminar de vaciar de contenido los partidos políticos y dejarnos un Estado completamente desguazado y corrupto. Si los '80 pueden ser leídos como la caída de la utopía los '90 será el de el entierro de las lealtades y el de la traición definitiva a cualquier arraigo popular de la política.

Alfonsín fue un líder político de notable capacidad para destacarse por sobre los límites de su propio partido, queriendo formar un tercer movimiento histórico que trascendiera los límites del bipartidismo vigente. Su muerte es también la muerte de uno de los últimos referentes de un modo de pensar la política, el de la militancia en partidos tradicionales, el de los comités de base. Tras el intento fallido de conformar la Alianza con parte del progresismo "blanco" y con la posible implosión del kirchnerismo, esta clase política hoy es incapaz de sostener un liderazgo como el de años anteriores y se ve obligada a encolumnarse detrás de figuras mediáticas como Macri, Reutemann, De Narváez o Scioli, de nula trayectoria militante pero eficaz pregnancia en la agenda televisiva para plantearnos qué hacer con la seguridad, la inflación, las retenciones, o cualquier eje de discusión que el rating nos proponga. Si bien es un caso singular por haberse formado en la UCR alfonsinista, Carrió también se ha construido a si misma como una telepolítica que cambia de discurso tan rápido como los diarios cambian de tema. Su derrotero, desde la aventura socialdemócrata del ARI hacia la neocon Coalición Cívica sirve de muestra para percibir el carácter efímero e intrascendente de las definiciones en el mapa electoral de hoy.

Yo nací durante la segunda mitad del gobierno de Alfonsín. Mi mamá siempre me cuenta que entre lágrimas fue a la plaza a apoyar al gobierno cuando amenazaban los carapintadas con tomar la Casa Rosada. Eso me condiciona desde el vamos: ni siquiera me había tenido cuando este señor estaba gobernando el país. Siempre pensé, influido por una educación histórica marcadamente radical- liberal, en Alfonsín como ese señor de buen corazón que había querido hacer muchas cosas pero que no lo habían dejado, hasta que en 2001 muchos argentinos de una edad más cercana a la mía que a la de él salieron a la calle para reclamar porque esa democracia que él nos había legado no los representaba, y más aún, los había hundido más que la dictadura. Ahí vi que ese señor al que no lo habían dejado hacer se reunía con otro, el señor Duhalde al que ni los votos le habían dejadi hacer, para ver, una vez más, cómo volver a este país “gobernable”. Es decir, que todos esos argentinos de mi edad no siguieran saliendo a decir que no los querían, que se fueran todos. Y sentí que a veces, a los políticos no les dejan hacer lo que la gente quiere y otras, muchas, los políticos tampoco permiten que se haga lo que la gente quiere. Duhalde no fue elegido, sin embargo, fue el encargado de “pacificar”, Kosteki y Santillán por medio, la conflictividad social de la Argentina y dejársela a un nuevo gobierno que la reencauzara. De allí, donde estamos ahora. Sería bueno discutir qué democracia queremos en una país donde con ella ni se come, ni se educa ni se cura.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Mapa de la inseguridad (alimentaria)

Difundo una nota de Nicolás González Varela sobre el hambre en la Argentina. Son muchas las cámaras que todos los días registran los muertos por la inseguridad en la Argentina, pero pocas las que se desplazan para informarnos de los ocho niños que cada 24 horas mueren por hambre en este país. Si el hambre es un crimen al igual que los asesinatos ¿hay crímenes más importantes que otros? En tiempos donde iniciativas panópticas como el Mapa de la inseguridad ganan terreno entre la despavorida clase media, Claudio Lozano, Tomás Raffo y el equipo del Instituto de Formación de la CTA escribieron este mapa del hambre. Será cuestión de crear conciencia, de hacerse escuchar. Saludos

En Argentina tres millones de niños pasan hambre
En la Argentina mueren hoy por día 25 recién nacidos. El 52,2% de los menores vive en hogares sostenidos por padres con inserción laboral precaria. El 47,2% no tiene cobertura médica.

Informe de la Confederación de Trabajadores de Argentina (CTA)

Un nene en una calle de Rosario.En Córdoba, Mendoza y Santa Fe, los niveles de indigencia rondan el 10 por ciento. Los chicos son las principales víctimas.

Más de seis millones de chicos argentinos viven en la pobreza, de los cuales la mitad pasa hambre. Por día se mueren 25 recién nacidos, 14 por causas que podrían evitarse. Así lo denuncia un documento elaborado por el Instituto de Estudios y Formación de la Central de los Trabajadores de Argentina (CTA).

“Si existe un drama que no debemos dejar de denunciar, es el alto nivel de deterioro que han alcanzado las condiciones de vida de nuestros chicos”, afirmó el economista y diputado nacional Claudio Lozano, uno de los autores del trabajo junto a Ana Rameri y Tomás Raffo.

La investigación –basada en datos estadísticos oficiales y en relevamientos realizados por distintas organizaciones sociales y sindicales– sostiene que, al año 2008, 6,3 millones de menores de 18 años son pobres y 3,1 millones directamente pasa hambre.

Los menores resultan ser los más castigados: mientras la tasa de pobreza a nivel nacional es del 26,9%, para la población que tiene menos de 18 años la misma medición es de, prácticamente, el doble (40,6 por ciento). Algo similar ocurre con la indigencia, mientras a nivel país la tasa de indigencia era del 8,7%, la correspondiente a la población menor era muy superior, del 14,1 por ciento.

“El daño que se les está causando no sólo significa dolor y tristeza, sino que implica hipotecar el futuro de nuestra sociedad; la permanencia de esta realidad resulta incompatible con un desarrollo económico sostenible”, sostuvo el legislador.

Otra de las situaciones que denuncia el informe es la falta de atención médica que sufren los menores. El 47,2% no posee cobertura sanitaria, esto implica que 6,3 millones de chicos no cuentan con una obra social o un plan médico.
“El actual esquema de seguridad social desconoce el derecho de percibir una asignación familiar a nueve millones de chicos, que equivalen al 70% del total de nuestros pibes”, remarcó Lozano.

El informe detalla que “los montos de ingresos por hijo que brinda la ayuda social del Estado equivalen a un tercio de la actual asignación familiar por hijo del sistema de seguridad social y sólo el 44% de los menores en situación de pobreza pueden acceder a ella”.

En la mayoría de los hogares que cuentan con la presencia de menores de 18 años se verifican situaciones de insuficiencia de espacio habitacional. “Cerca de 1,2 millones de menores (el 19,4% de los chicos pobres) viven en viviendas ubicadas en zonas inundables y otro millón de chicos (el 16% de los menores pobres) no tiene agua corriente”, especifica el relevamiento.

Según los datos del informe, el 52,2% –alrededor de siete millones de chicos– vive en hogares donde los padres tienen inserción laboral precaria. “Hasta los 18 años de edad todas las personas deben estar a cargo de un mayor o, por lo menos, deberían estarlo. Una de las cuestiones que esto implica es que hasta esta edad las condiciones de vida tanto materiales, sociales, educativas y culturales están directamente condicionadas por las posibilidades de desarrollarlas que les garanticen sus padres o tutores. Si somos conscientes de que en las sociedades modernas el acceso a estos bienes necesarios para el normal desempeño de la vida se obtienen mayoritariamente a través del ingreso percibido por el trabajo, es interesante analizar el vínculo entre el ya mencionado deterioro de las condiciones de vida de la mayor parte de los menores y la inserción laboral de las personas de las cuales ellos dependen para vivir”, afirmó el economista.

También se destaca que 1,9 millones de menores no asisten o nunca asistieron a un establecimiento educativo. “Esta generación ya cuenta como base con un núcleo duro de fuerza laboral futura que muy probablemente se desenvuelva en puestos de trabajo con inserción precaria. Sin embargo, lo más alarmante de esta ya triste situación es el efecto multiplicador que esto provoca en la desprotección y el desamparo de sus futuros hijos, que son los futuros niños de nuestra sociedad.”

INEQUIDADES PROVINCIALES. Las provincias que evidencian los niveles más alarmantes en el cuadro social de los menores coincide con aquellas que a nivel general presentan las tasas más elevadas de pobreza e indigencia. Esto significa que los chicos son las principales víctimas del hambre y la pobreza, marcando el rasgo central de esta problemática social: “La infantilización de la pobreza”. La extendida pauperización de las condiciones de vida de los menores se verifica en niveles de indigencia para algunas provincias que superan el 20% de la población menor. Las provincias con mayor deterioro infantil del promedio nacional son: Chaco, Corrientes, Formosa, Santiago del Estero, Misiones, Jujuy, Salta, Tucumán, San Juan, Catamarca, Entre Ríos, La Rioja y Buenos Aires.

Las restantes once provincias también muestran cuadros sociales muy deteriorados. En las grandes ciudades como Córdoba, Mendoza y Santa Fe, los niveles de indigencia están cerca del 10 por ciento.

viernes, 20 de marzo de 2009

Ahora es cuando


Me envía mi amigo Guido. Para el compañero Víctor de Gennaro, en junio AHORA ES CUANDO. Ya aposté un lechón a que se presenta. El que quiera jugarme, que juegue.

Verborrea



Clarín

Para Vargas Llosa, Cristina es "un desastre total" y Berlusconi, "un caudillo democrático"


Estos son patriotas latinoamericanos. Cómo no vivar a nuestro querido Mario, que subió al caballo por la izquierda y parace querer bajar por la derecha. Jauretche al revés. Otras perlitas: "(Berlusconi)Se caracteriza por su elocuencia y su sentido del humor. Es un histrión que a veces se presenta como un clown. Pero hay que reconocer su extraordinario instinto político." (nota completa acá)
Qué clown ¿no?





Siguiendo con esta escalada de verborragia (de derecha) que nos abruma desde los medios de comunicación, Benedetto XVI acaba de decir que "El sida no se resuelve con preservativos". Qué decir de las cuestionables designaciones que viene realizando.
Como diría el Indio Solari, en este mundo cada vez son más los que "leen el evangelio según Hitler a la hora de almorzar! y yo allí, pensando en vos siempre..."



miércoles, 10 de diciembre de 2008

Derechos y humanos













"Yo capturo a un guerrillero, sé que pertenece a una organización que está operando y preparando un atentado terrorista en, por ejemplo, un colegio. Mi obligación es obtener rápidamente la información para impedirlo... Hay que hacer hablar al prisionero de alguna forma. Ese es el tema y eso es lo que se debe enfrentar. La guerra subversiva es una guerra especial. No hay ética. El tema es si yo permito que el guerrillero se ampare en los derechos constitucionales u obtengo rápida información para evitar un daño mayor"
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Aldo Rico, En Grecco, Jorge; González, Gustavo. Argentina: el Ejército que tenemos, Buenos Aires, Sudamericana, 1990 p. 138

Pese a los pronósticos más entusiastas de que la principal jugada estratégica de Kirchner era la redefinición del justicialismo como el partido de los derechos humanos y el ingreso a la Internacional Socialista" (Verbitsky, Horacio:"Jaque a Kirchner", Página 12, 2 de marzo 2008), resulta que ahora los derechos humanos son más amplios que antes. PJ: ¿el partido de los dos demonios? El Sr. Rico es hoy presidente del Partido Justicialista en el municipio de San Miguel. Esperemos que nuestros queridos amigos de Carta Abierta, de apoyo taaaaan crítico opinen algo al respecto.

sábado, 3 de mayo de 2008

VOLVIMOS

Finalmente recuperé la posesión de este blog, tras aproximadamente un mes de cierre injustificado. Ahora comenzaremos a publicar y prometo actualizarlo continuamente ¡A TRABAJAR!

domingo, 23 de marzo de 2008

Probando...probando

Bienvenidos a Unidos y Dominados. Este es un blog de Juan Manuel Valdés, "El Cobra" para los amigos y obsecuentes.
Por esta vía voy a publicar comentarios, artículos, notas quizás algún cuento que quiera compartir con ustedes. Sin embargo, tal como exige este medio, todas las entradas van a tener abierta la posibilidad de servir de disparador de discusiones que se integran a la propia entrada. Me gustaría que esta página fuera una tribuna, un lugar donde discutamos en forma espontántea de todos los temas que nos interesen. Este medio por su parte exige la interacción, si no interactuamos, literalmente, morimos.